SINOPSIS: A
Hernán Hoyos muchos lo consideran el pionero de la literatura porno en
Colombia. Desde finales de los años sesenta, ha venido publicando libros
testimoniales, cuentos y novelas en los que abundan detalles explícitos de
sexo, descripciones gráficas de tríos y orgías, de felaciones, cunnilingus o
anilingus, y nombres populares de posiciones como el 69 o el pollo asado.
En Sin calzones llegó la desconocida, una de sus pulp
fictions más celebradas, describe escenas como esta en la que una lesbiana
viola a una muchacha ante los ojos salaces de un pastor evangélico y su
monaguillo:
Amarilis seguía lamiendo con
frenesí. Soltó una mano y subiéndose la falda y bajándose los calzones se metió
un dedo y sin dejar de lamer comenzó a masturbarse. La desconocida tiró
fuertemente del cabello de Amarilis y logró quitársela de encima. Entonces la
mujer se montó sobre la muchacha y le introdujo violentamente un dedo dentro de
la vagina. Hundió su dedo tres o cuatro veces dentro de la muchacha y en
seguida se dobló sobre sí misma con entrecortados lamentos. En ese momento el
pene del reverendo soltaba semen junto con el del muchacho indio.
Antes de Hoyos, el sexo más explícito en
literatura colombiana podía leerse en poemas de Miguel Rasch Isla o de Jorge
Rojas, y en algunos pasajes de la novela Salomé de José María
Vargas Vila. Y aunque había salas de cine triple x en varias ciudades, pasaría
más de una década antes de que fundaran en 1979 Trópico Producciones, la
primera empresa colombiana de cine porno.
Para mediados de los ochenta, libros como Nadie conoce mi sexo, Sor Terrible, Magola la prostituta, El tumbalocas, Aventuras de una bogotana, Ofelia la voluptuosa, El club del beso negro, Frentenalga y Careculo, se conseguían en librerías y colgaban de kioscos de periódicos y revistas.
En el documental Hernán Hoyos, un escritor de mala reputación, realizado por Carlos Fernando Rodríguez en 2009, el columnista Óscar Collazos admite que en una época le tuvo a Hoyos “una envidia muy grande porque era el único escritor colombiano que ganaba plata antes de García Márquez”. El cineasta Lisandro Duque añade: “Hoyos fue un rompedor de la castidad de los jóvenes lectores colombianos”. Y el poeta Juan Gustavo Cobo Borda aclara que dentro de la lista de libros leídos por Andrés Caicedo “de modo admirativo estaba Hernán Hoyos”.
En la Semana Santa de 2009, a escasos meses de morir, el periodista cubano José Pardo Llada me contó que no olvidaba un día de finales de los ochenta en que lo invitaron a un colegio femenino al sur de Cali para hablar sobre periodismo y literatura a las estudiantes de grado once. Luego de las formalidades, el cubano les dijo: “Levanten la mano las que hayan leído a Gabriel García Márquez”. De un salón de treinta, dos o tres lo hicieron. “Levanten la mano las que han leído a Hernán Hoyos”, les dijo luego.
Para mediados de los ochenta, libros como Nadie conoce mi sexo, Sor Terrible, Magola la prostituta, El tumbalocas, Aventuras de una bogotana, Ofelia la voluptuosa, El club del beso negro, Frentenalga y Careculo, se conseguían en librerías y colgaban de kioscos de periódicos y revistas.
En el documental Hernán Hoyos, un escritor de mala reputación, realizado por Carlos Fernando Rodríguez en 2009, el columnista Óscar Collazos admite que en una época le tuvo a Hoyos “una envidia muy grande porque era el único escritor colombiano que ganaba plata antes de García Márquez”. El cineasta Lisandro Duque añade: “Hoyos fue un rompedor de la castidad de los jóvenes lectores colombianos”. Y el poeta Juan Gustavo Cobo Borda aclara que dentro de la lista de libros leídos por Andrés Caicedo “de modo admirativo estaba Hernán Hoyos”.
En la Semana Santa de 2009, a escasos meses de morir, el periodista cubano José Pardo Llada me contó que no olvidaba un día de finales de los ochenta en que lo invitaron a un colegio femenino al sur de Cali para hablar sobre periodismo y literatura a las estudiantes de grado once. Luego de las formalidades, el cubano les dijo: “Levanten la mano las que hayan leído a Gabriel García Márquez”. De un salón de treinta, dos o tres lo hicieron. “Levanten la mano las que han leído a Hernán Hoyos”, les dijo luego.
–Y de todas, Juan Miguel, ninguna se quedó con la mano sobre el escritorio.
Por
Juan Miguel Álvarez - Periodista independiente
TITULO: Nadie conoce mi sexo
AUTOR (ES): Hernán Hoyos
FICHA TÉCNICA:
Copyright ©
1973 by Hernán Hoyos
Género: Novela
– Erótika – Humor – Ficción
ISBN: Sin información
Edita: Ediciones Exclusivas
Edición: Noviembre 1973
Páginas: 274
Dimensiones: 12.1 x 16.8 CMS
Tipo de Edición: Rústica
con solapas, Bolsillo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario