SINOPSIS:
COLOMBIA:
UNA SONRISA RÉCORD DE 36 HORAS
Pre-pre-pre-pre-preeeegunntaaaaaaa!
cuántos tintos tomó José Ordóñez para batir su propio récord mundial de contar
chistes en radio, que estaba en 26 horas?
Redacción
El Tiempo - 30 de
diciembre 1994, 12:00 A.M. Actualizado:30.12.1994 00:00
Al cierre de esta edición estaba a
punto de completar las 36 horas que se había propuesto, al frente de un
micrófono en la emisora Radioactiva de la cadena Caracol.
La hazaña de Ordóñez se convirtió
en todo un suceso nacional debido a que acaparó la sintonía de la radio
nacional como no se veía desde hace mucho tiempo. Casi todos los radios de
buses, busetas, colectivos, cafeterías, cárceles, bares y equipos de sonido
particulares se sintonizaron con la propuesta humorística de Ordóñez.
La maratón del humor, como la
bautizaron en la radio, fue transmitida por cerca de medio centenar de emisoras
de todo el país, y por Caracol de Miami y la Radio Nacional de España.
Para su jornada Ordóñez preparó
cerca de 8.000 chistes de los cuales se estima que contó 5.000. La maratón
comenzó a las 10 de la mañana del miércoles pasado.
Rara vez el país se paraliza para
reír, sin embargo, esta vez el turno fue para el humor.
Desde el pasado miércoles a partir
de las 10 de la mañana y hasta ayer a las 10 de la noche, el humorista
santandereano José Ordóñez, a través de la emisora Radioactiva de Bogotá, tuvo
en vilo al país entero a punta de chistes, al tiempo que batió su propio récord
con una hazaña cómica que se llamó La maratón del humor.
Durante 36 horas Ordóñez contó con
el apoyo y la audiencia del país entero, gracias al enlace que la emisora
Radioactiva hizo con varias estaciones nacionales, así como las internacionales
Caracol Miami y la Radio Nacional de España.
El bumangués tuvo apenas tres
minutos de descanso por cada una de las horas que contó chistes, en las que
tomaba sus alimentos de manera desordenada. Una picada, un agua mineral, una
lasagna, unas papas, un jugo, etc.
Todo el repertorio que Ordóñez
contó, lo recopiló a lo largo de su carrera como humorista. Mis chistes vienen
de donde hay chistes. Ahora aspiro a superar este chiste en Miami donde pienso
hacerlo durante cuarenta horas.
Durante toda la transmisión el
humorista recibió mensajes de felicitación de todas partes del país como prueba
irrefutable de una sintonía que hacía mucho tiempo no se registraba.
Se escuchó en cada hogar, en la
esquina, en la oficina, en el bus, en el carro, en la tienda, en la cárcel, en
el bar, en el baño, ¡en todo Colombia!
Y con razón, Ordóñez tuvo
repertorio humorístico para todo el país: siguió atentamente su listado de
chistes sobre pastusos, boyacenses, costeños, paisas, niños, ingenuos y locas.
Su lista constó de 7 mil chistes, pero él calculó que alcanzó a contar casi 5
mil.
A su vez, los faxes de apoyo no
dieron abasto en su mesa de trabajo y, por lo mismo, los leyó en algunos
intermedios para todo el país. José: estamos contigo, Espero que me mandes un
chiste autografiado..., tu apoyo humorístico y el apoyo etílico me han hecho
pasar una estupenda noche..., fueron, entre muchos otros, los mensajes que
figuras nacionales y la gente en general, le enviaron a Ordóñez.
Pero también este cuentista contó
con el apoyo de la gente de la emisora en la cabina.
Al tiempo que en la primera noche
se subía el tono de los cuentos, sus compañeros, operadores, coordinadores y
uno que otro colado, lo alentaron constantemente con sus palmas y también algún
traguito que le llevó un taxista.
Al segundo día el humorista
despertó a los colombianos con más sonrisas. Cuando el reloj marcó las 10 de la
mañana, Ordóñez completó las 24 horas y a las 12 del día llegó a las 26 horas,
la misma marca de su récord anterior el cual había impuesto en mayo en Uruguay.
La sintonía aumentó
ostensiblemente en las últimas horas. Cuando fueron las diez de la noche,
agotado, pero aún con mucha chispa, Ordóñez sonrió y respiró tranquilo, al
tiempo que la cabina se inundó de gente que lo felicitó, lo abrazó y lo besó.
Fue simplemente un divertido
cuento de 36 horas que hoy ya hace parte de nuestra simpática historia.
[Fuente: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-270035]
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