SINOPSIS:
…Todos los talentos encontrados en
nuestra lectura de libros de crónicas de Arango Villegas, se realizan
plenamente en su novela Asistencia y camas. En ella se hace evidente lo bien
dotado que llegó a estar el autor para el arte de novelar. Su apropiación de la
vida y el lenguaje de su región, su experiencia de la condición humana, su
oficio y lecturas, confluyeron para hacer de su única novela un entretenido,
dinámico, bien tejido y convincente río narrativo, cuya fuerza e interés no
decae en ningún momento. Resiste la prueba de las buenas novelas: entregar al
lector la impresión-ilusión de que el escritor trabajó sobre modelos reales,
tanto a nivel de situación como de personajes; muchos tuvieron existencia real,
y fueron, si no tratados, por lo menos muy conocidos por Rafael Arango
Villegas: éste, además de cambiar su nombre, apenas si habría de retocar aquí y
allá la aventura de sus vidas.
No sólo en la sabia construcción de
personajes claramente diferenciados, en el humor de corte picaresco de la casi
totalidad de situaciones y en la nota de suspenso que trae cada episodio, se
encuentra el secreto de la indiscutible amenidad de esta novela, sino también
en la maestría de los diálogos. Y esta maestría, en modo alguno inferior a la
de Carrasquilla o Rendón, extrae su poder, de un lado, del hechizo polémico y
chismoso que anima casi siempre los vigorosos intercambios de palabras, y de
otro, del brillante dominio y uso del lenguaje coloquial de las gentes
antioqueñas del pueblo. El autor les da generosamente la palabra a sus
criaturas, éstas hablan de acuerdo a su carácter particular, y todos lo hacen
con las palabras del castellano hablado en su región por las gentes sencillas,
por la masa anónima que los ha inspirado. No cabe duda de que mucha de la
vitalidad de la narración proviene de ahí.
Por Jairo Morales Henao
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