SINOPSIS:
AQUÍ ESTÁN LOS APODOS ROLOS
Hola lámpara, viste esa simba de pupis? Uy, sí.
Está como una oblea.
Por: REDACCIÓN
EL TIEMPO - 04 de agosto 1999, 12:00 a.m.
No sea ñero!, parce. Usted si parece una
mosca. Aunque esa nena parece puntilla, es la mujer orquesta de la cuadra.
Lo que no me gusta es que es muy
arritoquieta y chichipata cuando se arma el tropel.
No entiendo por qué le dicen Nochebuena...
Uy, sí. Yo creo que esa chula lo que es, es
un cartucho.
Esta
conversación bien podría suceder en cualquier esquina de la ciudad y sus
protagonistas perfectamente podrían ser dos jóvenes raperos bogotanos.
Bueno,
pero usted dirá que los bogotanos no se expresan de esa manera. Que más parece
el diálogo de dos ñeros o dos emigrantes de la Costa, el Valle o Antioquia, que
se encontraron eso sí en la plaza de mercado de cualquier barrio.
Pero
no es así. Esa es la manera de hablar de los bogotanos, o por lo menos de los
que viven en la capital. Y tenga cuidado, porque si no está familiarizado con
estas expresiones, más vale que se vaya entrenando. De lo contrario, puede
tergiversar la conversación o simplemente no entender un carajo.
Para
la muestra: Lámpara se le dice a la persona que se prende de noche, algo así
como el que se pone rojo como un tomate cuando le cuentan un chiste verde.
Pupis,
la mujer de la que hablan nuestros dos personajes al comienzo de este texto, es
una chica de cara grande, gorda y redonda. Es decir, un poco el estereotipo de
la mujer del altiplano cundiboyacense o la hermana desconocida de Miss Piggy.
Pero
todavía hay más significados de doble sentido en la conversación. Porque o si
no qué tiene que ver Miss Piggy con una oblea? Sencillo, dícese oblea a
aquellas mujeres que para estar íntimamente con ellas hay que doblarlas.
Pero
a esta pobre mujer le sacaron todos sus trapitos al sol. Arritoquieta es por lo
comunicativa, chichipata por lo falsa y lo faltona y nochebuena porque siempre
cae en diciembre.
Apodos
bogotanos Ahora sí puede volver a leer el diálogo, pero no se le olvide que
mosca se le dice al que donde se para la embarra y cartucho, a las mujeres
vírgenes. Eso sí, si quiere descifrar los demás significados debe consultar el
libro Contribución Al Estudio Del Apodo En El Habla Bogotana, la publicación
más reciente del Instituto Caro y Cuervo, escrita por Mariano Lozano Ramírez,
investigador del Departamento de Dialectología de esta institución.
Este
libro, que aún no ha salido al mercado, incluye apodos que utilizan los
bogotanos, con una explicación de la motivación de cada uno y su clasificación
semántica.
Es
la primera vez que en Colombia se publica una muestra amplia y completa de este
fenómeno del español colombiano, poco o casi no estudiado.
Y
cuál es el suyo?
Limoncito exprimido: por ser flaca y
vestirse de verde. / Porque sus novios la exprimen (le quitan el dinero).
Jarrogrande: por su contextura física (alto
y gordo).
Cabecelata: por su calvicie (le brilla la
cabeza).
Axión: porque fue novio de una empleada
doméstica. / Porque saca cualquier mugre (mujer).
Abeja: por ser muy inquieta (o). / Porque
quiere picar en todo negocio. / Por ser vivo, ventajoso. / Por lo rápido,
hábil.
Gurre: por la forma de vestir
(descuidada-o). / Por ser fea (o) y de mal gusto. / Por su mal aspecto. / Por
lo campesina (o).
Cancha de tejo: por su calvicie. / Por ser
bullicioso. / Por tener pocas mechas (calvo).
Pechoelata: por su forma de caminar (pecho
levantado), como si no pudiera doblarse. / Porque no tiene pelos en el pecho.
Turupe: por ser gordo, bajito y feo. /
Porque donde está (en cualquier lugar) incomoda (molesta, disgusta, estorba). /
Por ser insignificante (de poco valor).
Transformer: porque con el licor se
transforma en otra persona.
Semáforo: por un tic en los ojos. / Porque
después de las 11 p.m. nadie la respeta (sexo).