SINOPSIS:
En Junio
de 2015 empieza mi sana-adicción por
el sexo-ficción de la obra de Don
Hernán Hoyos… En mi acostumbrada ronda después de almuerzo por las librerías
del centro de Bogotá, me pasé por la librería “Árbol de Tinta” en busca de
novedades para mi colección personal. Una vez allí, Alejandro Torres su
propietario (todo un bacán), me vio y buscó entre sus estantes la reciente
reedición de un libro titulado “008 contra Sancocho” y lo puso en mis manos
asegurándome que sería de mi total agrado y que me cagaría de la risa leyéndolo…
Lo ojeé por encima una y otra vez hasta que finalmente me animé y lo compré
junto con otro par de libros.
Camino
a casa y luego de la jornada laboral volví a ojearlo encontrando pasajes
simpáticos de un tal agente secreto Jaime Abondano… Era inevitable que me iba a
divertir mucho con este libro… Una vez en casa busqué en Google por un tal
Hernán Hoyos, desconocido totalmente para mí hasta ese instante… Encontré una
obra abundante pero lo que más causó curiosidad en mí fueron sus títulos, que
con sólo leerlos sonreía… ¡Cómo es posible que existan libros como “El Bruto y las lesbianas”, “El Tumbalocas”, “Secuestro de un Viejo Verde”, “Un
alegre Cabrón”, “Sor Terrible”, “El miembro de Lucifer”, “Aventuras de un Impotente”, “Se me paró el negocio” o el mismísimo “Frentenalga y Careculo”!, cuyo primer
capítulo pude leer en la biblioteca Luis Ángel Arango porque aún no lo tengo en
mi colección personal.
A
partir de las primeras lecturas de su obra, Don Hernán se me fue convirtiendo
en una obsesión: mezcla de curiosidad y morbo por esa literatura explícita y
fue así como empecé a preguntarlo con mayor frecuencia en mis búsquedas por las
librerías, no sólo de Bogotá, sino también de Cali, su ciudad natal y Medellín,
ciudades por las que se movía Don Hernán en los años 70´s y 80´s con su morral
atiborrado de libros para dejarlos en consignación en las librerías.
Fue
así como un día en la Feria del Libro de Bogotá, por allá en el 2016, lo
pregunté en un pequeño stand de escritores vallecaucanos. Allí me topé con
Rafael García un conocido suyo quién a su vez me puso en contacto con Luis
Alberto Díaz que para aquella época hacía las veces de su representante. Le
comenté a Luis Alberto que estaba interesado en comprar libros de Don Hernán,
los cuales son extremadamente escasos en las librerías después que el mismísimo
Óscar Collazos llegara a afirmar que hasta antes de Gabo ganar su premio Nobel
en 1982 por Cien Años de Soledad;
Hernán Hoyos era el escritor colombiano que más libros vendía en todo el
territorio nacional.
Y
sin pensarlo Luis Alberto me facilitó el teléfono de Don Hernán Hoyos para que
averiguara realmente cuales libros tenía disponible para la venta. Fue así como
una tarde cualquiera lo llamé, temeroso de hablar por primera vez con un
escritor y no cualquier escritor…
Apenas comprensible por su edad,
Don Hernán me repetía una y otra vez los cuatro títulos que aún conservaba en
su casa, tres de ellos eran reediciones… y me hablaba como si me conociera de
toda la vida… me dijo incluso que cuando me pasaba por su casa, me dio las
indicaciones y yo lamentando que desde hace varios años no he vuelto a pasar
por Cali le dije que desde luego lo haría apenas tuviera la oportunidad… y a la
fecha no la he vuelto a tener…
Preguntar
por los libros de Don Hernán en las librerías de usados en Bogotá es una
lotería… muchos no lo conocen y sólo unos pocos, los libreros veteranos en
especial, dejan entrever una sonrisa maliciosa porque les trae gratos
recuerdos. Muchos de ellos lo conocieron y me cuentan la historia que ya les
conté… Llegaba Don Hernán con su morral y tras la tertulia del caso dejaba en
consignación sus libros para la venta y al cabo de 3 meses más o menos volvía y
se repetía la historia. Pero de esto ya hace un par de décadas porque Don
Hernán no volvió aunque sigue a la fecha “vivito y coleando”, si bien no han
faltado los percances de salud tiene hoy más de 90 años quizás.
Su
extensa obra, que debe estar rondado por los 45 a 50 títulos quizá (parece que
nadie lo sabe con exactitud), no se limita al sexo-ficción como algunos lo han llamado; también resaltan algunos
textos de carácter biográfico e histórico. El caso es que en poco más de 4 años
he logrado reunir 21 de sus libros… y la búsqueda continua…
Es
muy curioso cómo alguien al otro lado del océano, específicamente en Nantes –
Francia, se interesó un buen día por la obra de Don Hernán y me escribió a
través del blog solicitando información como apoyo para un artículo de la
revista Bouclard. De inmediato respondí con el mayor gusto a su editor Clément
Le Priol dando todo el crédito a Don Hernán desde luego. Fue así como en el
Número 2 lanzado en septiembre pasado Cyril Gay dio vida al artículo Le dernier pornographe o El último pornógrafo como también se le
conoce a Don Hernán.
Cyril
nos cuenta cómo después de un par de viajes (dos o tres) y una búsqueda
incesante pudo conocer personalmente a Don Hernán y llegar hasta su lecho de
enfermo por aquellos días.
Eh
aquí al último de los pornógrafos quizá, aquel valiente que como lo expresa
Cyril, auto editó sus obras en viejas máquinas de escribir que el mismo armaba
y salía a vender, sin rendir cuentas a nadie más que su propio impulso.
Por
Elkin Ojeda, autor de bogolibros.blogspot.com
Bogotá D.C., febrero 10 de
2020